La pandemia originada por el COVID-19, las medidas de restricciones y el confinamiento obligatorio dictadas por el Gobierno, el reemplazo de las clases presenciales por las clases online, obligó al sistema educativo en general a replantear la forma de enseñanza a los estudiantes, teniendo para ello que hacer uso de las tecnologías existentes, entre ellas el internet. Así nace la necesidad de prender la cámara en clases para verificar la asistencia de los estudiantes.
Convivencia saludable
Gracias a la educación virtual se suma importancia el uso de la tecnología y prender la cámara. Pues es importante que nos miremos a la cara para demostrar cercanía con el que está al otro lado de la pantalla. Así mismo, mantener la cámara encendida nos permite acortar las distancia entre el docente y el alumno. También, el docente puede saber si los alumnos están atentos, aburridos. Así, interactuar con ellos e ir fomentando lazos virtuales.
En una entrevista para Reflexiones Pedagógicas, Eunice Braga Pereira, docente Universidade Federal do Pará – Brasil, resalta que emplear estrategias didácticas para que los estudiantes estén atentos al momento que el profesor los active con alguna consulta, pregunta o comentario. Por ello, enfatiza que: “estamos frente a la cámara, pero es importante recordar que interactuamos con personas”.
Políticas claras al inicio del semestre
Es recomendable que cada centro de estudios superior, establezca que los alumnos enciendan la cámara al menos una vez en cada clase. Además, es fundamental que el docente mantenga su cámara encendida para fortalecer la atención de los alumnos.
¿Prender la cámara o no?
Desde el punto de vista de los alumnos:
La gran mayoría de alumnos no enciende su cámara por el temor y/o angustia que sienten de ser observados en su entorno. Este temor nace de la posibilidad de sufrir acoso o bullying por el espacio donde habitan.
Otra situación que se da a menudo es que la mayoría de los alumnos reciben las clases en un celular y frecuentemente la señal se va y no pueden conectarse correctamente.
Algunas veces reciben clases en el comedor de la casa y no encienden la cámara debido a que los familiares se encuentran en ella y tampoco pueden concentrarse en lo que dice el docente.
En conclusión:
El uso de cámara en las clases virtuales es de suma importancia, ya que se genera a través de ella un vínculo afectivo, emocional que ayuda en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, debe darse la confianza al estudiante de poder hacerlo protegiéndolo de posibles acosos y reforzando los beneficios de hacerlo.
“Cámara encendida, brinda cercanía y cortesía”
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