Especial

Más de cuarenta años tras la masacre de Uchuraccay, un hecho que refleja nuestra historia 

41°Aniversario de Conmemoración a los Mártires de Uchuraccay ¡Nuestros mártires del periodismo!

 

Este 2024 se conmemoran 41 años de los acontecimientos más dramáticos de la violencia interna en nuestro país; trágicamente, el calendario de este año está marcado por numerosos episodios de violencia que han quedado instalados en la memoria de decenas de pueblos que siguen siendo, cuatro décadas después, las más pobres del Perú.
Pero, antes de profundizar nuestro presente, rememoremos 41 años atrás. El 26 de enero de 1983, un grupo de periodistas marcaron una ruta para llegar a Ayacucho tras recibir la información de que pobladores de Huaychao habían asesinado a unos siete terroristas en pleno auge violento de Sendero Luminoso. Noticias que para la capital, eran motivo de búsqueda de primera fuente de la verdad. Es así que, Eduardo de la Piniella, Pedro Sánchez, Félix Gavilán, Jorge Luis Mendívil, Willy Reto, Jorge Sedano, Amador García y Octavio Infante salieron de la ciudad de Huamanga con dirección al centro poblado de Huaycha, en el distrito de Acos Vinchos. Con el fin de investigar los relatos de la violencia ocurrida en las semanas previas a cargo de Sendero Luminoso. En la ruta se les sumó el guía Juan Argumedo, quien los acercaría hasta las inmediaciones de Uchuraccay, el último punto antes de su trágico destino. 

Periódico con las primeras fuentes,1983.

Periódico con las primeras fuentes,1983.

Uchuraccay
Pero, ¿por qué los pobladores de Uchuraccay fueron protagonistas de tan aberrantes actos?…Para esto tenemos que entrar en contexto. Nos ubicamos en el año 1981 cuando el gobierno del Arq. Fernando Belaunde Terry tildó de “simples abigeos” al movimiento senderista que avanzaba con mayor fuerza, captando adeptos y tomando pueblos bajo amenazas de muerte, mientras que los militantes de la ideología marxista, leninista y maoísta, adoctrinaban a jóvenes, mujeres, niños y adultos en las plazas y comunidades.
Esta situación y la presencia policial encargada de capturar a los supuestos
“abigeos”, hizo que la mayor parte de los pobladores abandonaran sus casas, sus tierras, sus animales para buscar refugio en las grandes ciudades.
Desde esos momentos la tensión aumentaba día y noche. En octubre de 1982 los comuneros de Uchuraccay se enfrentan por primera vez a los comandos senderistas acusándolos de obligar a los jóvenes, hombres, mujeres y niños a asistir a las llamadas escuelas populares de adoctrinamiento y adiestramiento en el uso y manejo de armamentos con los que atemorizaban a la población. Para entonces, en los últimos días de diciembre de 1982 y primeros días de enero de 1983 llegaron a Huanta efectivos de la Marina de guerra del Perú para potenciar la lucha armada contra los senderistas.
En una asamblea comunal, el pueblo decide expulsar a un líder senderista conocido como el camarada “Martín” y a otros militantes procedentes de Tambo y Huanta bajo la amenaza de matarlos “si vuelven a venir”. La amenaza no tuvo el efecto deseado, por cuanto, dos meses después, las huestes del llamado “presidente Gonzalo” cobraba venganza matando al presidente de la comunidad Alejandro Huamán Leandro y al comunero, Venancio Auccatoma en la plaza comunal ante la mirada de los pobladores que lloraban y pedían clemencia ante la insania senderista.
Una foto dice más que mil palabras
Uno de los fotoperiodistas asesinados en el lugar, Willy Retto, logró tomar las últimas imágenes de esos hechos antes de morir. Esas fotografías fueron encontradas muchos meses después de la masacre, obteniendo a partir de ahí, distintos sentidos en su tránsito por el poder judicial, por los investigadores y los familiares, lo que permitió las diversas versiones sobre los asesinatos. Sin embargo, aún no se sabe con total veracidad lo que pasó en la madrugada del 26 de enero.
En el 2003, la Comisión de la Verdad y Reconciliación recuperó y publicó las fotografías en su Informe Final “Yuyanapaq: Para Recordar”, lo que reavivó las luchas por las memorias sobre esos hechos.

Esta serie de imágenes fue capturada por Willy Retto, una de las víctimas, poco antes de morir.

Esta serie de imágenes fue capturada por Willy Retto, una de las víctimas, poco antes de morir.

Esta serie de imágenes fue capturada por Willy Retto, una de las víctimas, poco antes de morir.

Esta serie de imágenes fue capturada por Willy Retto, una de las víctimas, poco antes de morir.

Esta serie de imágenes fue capturada por Willy Retto, una de las víctimas, poco antes de morir.

Esta serie de imágenes fue capturada por Willy Retto, una de las víctimas, poco antes de morir.

Cerco de piedra de la comunidad de Uchuraccay, en Huanta. Esta fue la penúltima foto tomada por el fotógrafo de El Observador Willy Retto Torres.

Las cuatro fosas donde fueron enterrados los periodistas se encontraban detrás de este cerco.

La famosa Comisión Vargas Llosa
Dicha comisión concluyó que los comuneros habían sido responsables de las muertes y que este acontecimiento se fundamentaba en una incomprensión cultural entre “dos versiones del Perú”. Una conclusión que en términos fácticos esclareció ciertas responsabilidades; no obstante, en términos sociales estaba basada en una visión profundamente sesgada de la realidad de las comunidades andinas y las vívidas conexiones que estas mantenían con la sociedad urbana. Al respecto, el Informe final de la CVR (2003) descarta la supuesta brecha entre la cultura rural y la urbana. Según la CVR los “uchuraccaínos eran conscientes de la existencia del orden jurídico nacional y sus organismos de seguridad”.
Sin embargo, tras vivir tanta violencia por parte de “ambos lados”, a un poblador común y corriente solo le queda usar sus manos para defenderse. Tras años de violencia, injusticia, pobreza y olvido, políticamente muchas autoridades y representantes “defensores y voz del pueblo” no dejan más soluciones que las palabras y papeles firmados. La realidad sigue siendo la misma o peor. Que este acto, cale en las mentes de todos aquellos quienes leen este artículo por primera vez, para que luchen por la verdad, que no pierdan la sensibilidad de valorar la vida y que no descansen hasta vivir con justicia.

 

También puedes consultar: 
https://journals.openedition.org/corpusarchivos/804
https://idehpucp.pucp.edu.pe/analisis1/a-cuarenta-anos-de-las-masacres-de-uchuraccay-las-lecciones-que-no-hemos-logrado-aprender/ 
https://lum.cultura.pe/noticias/%C2%BFqu%C3%A9-ocurri%C3%B3-en-uchuraccay 
https://www.verdadyreconciliacionperu.com/fotos/fotosListado.aspx?O=Autor&A=RETTO,%20Willy