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San Martín de Porres: “el santo de la escoba” y el primer santo mulato de América

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San Martín de Porres: “el santo de la escoba” y el primer santo mulato de América

San Martín de Porres, el primer mulato declarado santo por la Iglesia Católica. Conoce más del Santo Patrón de la Universidad Peruana Los Andes.

Son muchas las historias que se han tejido en torno a la figura de San Martín de Porres. El imaginario popular vincula sus milagros a lo sobrenatural: a su supuesto don de bilocación y a su habilidad para comunicarse con animales. De hecho, una de las imágenes más icónicas es aquella en la que reúne a perro, pericote y gato alrededor de un plato. 

¿Quién fue San Martín de Porres? 

A los 15 años, Martín de Porres entró en la Orden de Santo Domingo de Guzmán y se formó como fraile, pese a la oposición de su padre, un caballero de la Orden de Alcántara. Cuando ingresa al convento dominico de Nuestra Señora del Rosario se dedica a cuidar y cultivar los jardines, además de rezar y curar enfermos. 

A pesar de sus múltiples representaciones, no se conoce su rostro con exactitud. Lo que sí se sabe son los milagros que lo llevaron a convertirse en santo. El hecho ocurrió el 6 de mayo de 1962, luego de que el papa Juan XXIII anunciara su canonización. 

En un principio, la Iglesia Católica encargó a la Sagrada Congregación de Ritos evaluar al candidato. Antes de ser santo, primero hay que ser beato. Y para alcanzar la beatificación, debe haber realizado dos milagros comprobados de acuerdo con los procesos apostólicos. 

 

El enigma de su rostro 

 

En noviembre, la ONG Equipo Brasileño de Antropología Forense y Odontología Legal (Ebrafol) desveló en Lima el rostro reconstruido de San Martín de Porres a partir de un análisis del cráneo que se conserva como reliquia en el Convento de Santo Domingo, situado en el centro histórico de la capital peruana. 

 

La presentación se realizó en una homilía al conmemorarse los 376 años de la muerte del santo limeño. 

Datos Curiosos 

    • Cuando oraba con profundo fervor, llegaba a levitar. 
    • San Martín de Porres se ofreció a ser vendido como esclavo al enterarse de que su convento atravesaba por una crisis financiera. Sus superiores rechazaron la propuesta conmovidos y sorprendidos por tal acto de gentileza y humildad. 
    • San Martín de Porres y el virrey Luis Jerónimo Fernández de Cabrera, fundaron el Asilo y Escuela de Santa Cruz para ayudar a huérfanos, pobres y vagabundos. 
    • Hablaba con los animales y tenía un especial don con la naturaleza. Se dice que en una ocasión hizo comer a un gato, un ratón y un perro del mismo plato. 
    • Al caer enfermo, San Martín de Porres anunció a todos que se acercaba la hora de su muerte. La noticia causó tal revuelo en Lima, que el virrey Luis Jerónimo, acudió a besar la mano del santo en su lecho de muerte. 
    • Sus restos reposan en el llamado «Altar de los Santos Peruanos», en la Basílica y Convento de Santo Domingo en Lima. Allí se encuentran también los restos de Santa Rosa de Lima y San Juan Macías. 

Milagros 

 

Para su beatificación 

      • El primero fue el concedido a Elvira Moriano, a quien los médicos le habían dicho que perdería la visión del ojo derecho, debido a una herida provocada cuando chocó contra una ventana. De acuerdo con Celia Cussen, un padre dominico le envió una reliquia de San Martín de Porres y le pidió se encomendara a él. Su ojo sanó al día siguiente. Una veintena de testigos dieron por verdadero el hecho. 
      • El segundo milagro, comprobado por al menos cinco personas, fue el del niño Melchor Varanda. El pequeño cayó del techo de su casa en Lima y se rompió el cráneo. Los médicos lo daban por desahuciado, pero su madre se encomendó al santo peruano. Al día siguiente, como ocurrió en el caso anterior, el pequeño se levantó como si nada hubiera pasado. 

 

 Para su canonización 

      •  El primero de ellos ocurrió en 1948 en Paraguay: a una anciana de 89 años le dieron pocas horas de vida luego de sufrir un infarto. Su hija, que estaba en Buenos Aires, rezaba a Martín de Porres por la salud de su madre. La familia inició los arreglos de su funeral, pero al día siguiente despertó milagrosamente sana. 
      • Finalmente, en Tenerife, en 1956, un niño de nombre Antonio Cabrera Pérez estaba a punto de perder su pierna izquierda debido a una gangrena. Un amigo de la familia entregó una reliquia y una imagen de Martín de Porres a la madre. Ella pasó ambos objetos por encima de la pierna del menor y rezó para que no la perdiera. Al cabo de dos días, esta volvió a su estado natural.  
«Siempre considera a los demás como más santos y más dignos que tú, al mismo tiempo esfuérzate en ser tan santa como puedas ser»
– San Martín de Porres
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